No se enamore nunca de ninguna criatura salvaje, Mrs. Bell. Ésa fue la equivocación de Doc. Siempre se llevaba a casa seres salvajes. Halcones con el ala rota. Otra vez trajo un lince rojo con una pata fracturada. Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mrs. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo.
Breakfast at Tiffany's (Truman Capote)
Hizo felices a todos los que le conocimos y su recuerdo es tocino graso.
Con la cocina no se juega (David de Jorge)
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